Presentamos la ropa de mujer Finely Krafted

A sus 82 años, Ralph Lauren se encuentra en su sexta década de actividad, un logro notable que es testimonio de su visión atemporal de la moda. Desde sus humildes comienzos vendiendo corbatas de hombre en un cajón del Empire State Building a finales de los años 60, la génesis del imperio de la elegancia americana de Lauren fue catalizada por su primera incursión en la moda masculina, confeccionando trajes y camisas a medida, antes de lanzar la línea Polo en 1968. Él mismo describió el look Polo como "inglés-estadounidense con un corte francés", y aunque tuvo un gran éxito entre los hombres más exigentes de la costa este, fue aún más demandado por las mujeres, lo que llevó a Lauren a lanzar su primera colección de ropa femenina en 1972. El resto es, como suele decirse, historia.

Alexander Kraft sigue así los pasos de algunos de los grandes nombres de la historia de la moda. Es un modelo que muchos diseñadores de moda masculina han intentado, pero que sólo unos pocos han conseguido. Raf Simons diseñó moda masculina durante una década antes de lanzar su primera colección de mujer para Jil Sander. Giorgio Armani conoció a Nino Cerruti en 1964, y diseñó exclusivamente ropa masculina hasta 1976, cuando lanzó su primera colección de mujer con su propio nombre. Tom Ford tampoco sacó su propia línea de ropa femenina hasta seis años después de lanzar su marca homónima. Lo que Ford, Armani y Lauren han sabido aprovechar tanto en la moda masculina como en la femenina es una aguda apreciación de la elegancia y la sofisticación atemporales, dos principios que constituyen el núcleo de las colecciones de Alexander Kraft Monte Carlo. Los mismos pilares que sustentan la colección masculina -técnicas tradicionales de sastrería, siluetas favorecedoras, una discreta paleta de colores neutros y lujosas fibras naturales- se han trasladado a la perfección a la colección femenina para crear una estética moderna impregnada de elegancia y sensualidad.

La mujer Alexander Kraft Monte Carlo es dinámica, exitosa e independiente, por lo que esta colección eleva y acentúa esos rasgos creando siluetas que potencian su feminidad. Por ejemplo, los finos pantalones acampanados en blanco, maravillosamente confeccionados a mano por un atelier familiar de la Toscana, que hacen referencia al esmoquin de boda de Yves Saint Laurent que lució la inimitable Bianca Jagger en 1971. Alternativamente, un par de pantalones Cigarette azul marino perfectamente ajustados por encima del tobillo crean una silueta esbelta que recuerda a los elegantes ejemplos de finales de los años 50. O la chaqueta de lana desestructurada sin forro en color beige, un impresionante ejemplo de silueta masculina suavemente entallada según la tradición italiana, con una silueta estilizada y sisas altas. Como resultado, crea una silueta muy favorecedora a la vez que proporciona la comodidad y facilidad de uso de una chaqueta de punto.

Las prendas de punto de la colección son igual de sofisticadas y están confeccionadas en cachemira y en una mezcla de algodón y cachemira que les confiere un acabado suave y una caída natural. Dos opciones sin mangas, una con cuello vuelto y otra con cuello redondo, aportan un acabado táctil y texturizado a un look business elegante (perfecto para combinar con los pantalones pitillo azul marino antes mencionados), mientras que la versión de manga larga con cuello vuelto en cachemira pura ofrece la mezcla perfecta de elegancia y refinamiento, todo ello disponible en azul marino, crudo o negro, así como en un estilo de ante sintético beige.

La falda lápiz es uno de los clásicos eternos del armario femenino. Es una prenda extremadamente versátil, capaz de llevarse tanto en un entorno profesional como social. Ajustada desde la cintura a la cadera y hasta el bajo, fue el genio de Christian Dior quien la popularizó en su colección "Línea H" de 1954, y ocupa un lugar destacado en la colección de esta temporada. Combinando la elegancia clásica con un toque sexy, pero conservando siempre un aura de clase y sofisticación, la falda lápiz Alexander Kraft Monte Carlo (disponible en azul marino y negro) se ha confeccionado en una lana suave y ligera, y puede llevarse con una camisa para un día ajetreado en la ciudad, con un top de manga larga o un jersey de cachemira para un día en la oficina, o con un top sin mangas para un look elegante, sexy pero con clase para salir por la noche. Como alternativa, también hemos creado una falda de lana más corta en un suave tono beige-marrón con un corte más informal y deportivo ideal para llevar con prendas de punto oversize y un par de mocasines para ese look preppy de los Hamptons.

Con las nuevas camisas de temporada para mujer, de corte perfectamente entallado e ideales para llevar con un conjunto profesional elegante o con un look de fin de semana más informal, toda la colección Otoño/Invierno 22 es una amalgama de fuerte feminidad contemporánea y estética atemporal. Se ha diseñado pensando en la versatilidad, combinando una paleta de colores ajustada y discreta con siluetas clásicas para crear una plétora de opciones de estilo sea cual sea la ocasión. Además, al trabajar en estrecha colaboración con ateliers italianos de confianza, la colección ofrece una relación calidad-precio asombrosa, sobre todo si se tiene en cuenta que nunca pasará "de moda", porque el gran estilo siempre será permanente.

Explora la nueva colección AK Monte Carlo AW22